Esculturas Sonoras
Durante su exilio en Sao Paulo, Ferrari comenzó a trabajar en sus Esculturas Sonoras a fines de los años 70. Tomando como base el instrumento brasileño birimbao, construyó estas esculturas sonoras con varillas de metal alineadas verticalmente, fijándolas en parte al extremo inferior (Cajón), en parte al extremo superior (Medusa) o a ambos lados. Estas obras desafían a la interacción directa del espectador. Ferrari, que experimentó con sus propias esculturas sonoras en numerosas performances, las describe como una invitación a vivir la música de manera lúdica: "Que toque el que tenga ganas, y no solamente aquel que 'sabe'".
La escultura sonora Medusa, que la Fundación Augusto y León Ferrari Arte y Acervo descubrió en fotos antiguas e hizo reproducir, así como Cajón, combinan la experiencia visual, acústica y táctil en el trabajo de Ferrari. Aquí, su definición del arte como experiencia se manifiesta directamente ante los y las visitantes.
©Fundación León Ferrari
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